viernes, 28 de noviembre de 2008

AVIVAMIENTO

El auge de la espiritualidad en el nuevo milenio, ha resurgido como consecuencia del interés y atracción religiosa desde un punto de vista más amplio, vinculando todas las manifestaciones de comunicación y mercadeo que permiten el despertar de la curiosidad de las personas a través de una estrategia religiosa nueva, pero antigua, porque de todas maneras las estrategias son las mismas. Tal es la atención que genera este movimiento religioso que muchos aprovechan esta oportunidad para dinamizar sus negocios. Desde la entrada podemos ver como el consumo es aprovechado por la ansiedad de la gente.
La cantidad de fanáticos presentes en el lugar, demuestra la importancia del medio de comunicación utilizado para que las personas sientan la atracción fuerte por acercarse al “aposento” donde se “congregan” con el fin de adorar a Dios, aquí son escuchados en una ciudad donde el ruido no les permite exteriorizar las mínimas sensaciones de autoestima que necesita el ser humano, aquí asisten familias desarticuladas por el acose económico que genera las múltiples obligaciones que represente el sujeto como cabeza de un grupo familiar en la ciudad. Y donde la voluntad cumple un factor determinante a la hora de decidir.
El objetivo racional del predicador está presente desde el inicio de la predicación mediante argumentación bíblica, buscando manifestaciones sensibles en la multitud, la cual está dirigida por las personas que organizan el lugar, las múltiples sensaciones presentes van desde el sonido, manejo y ubicación de la luces que acercan al auditorio sin perder por un solo instante el foco principal que es el predicador. Esto convierte a la iglesia en un centro de entretenimiento ya que el público se va envolviendo y aún más, va formando parte del movimiento a través de la siembra de un aporte voluntario que permite el crecimiento de la organización y el desarrollo del proyecto lo cual es posible y comprensible para el espectador.
La comunicación es centrada por diferentes medios que permiten acercarse al lugar. Esto, en un conglomerado de masas atrae, cautiva y permite el desarrollo de la personalidad en grupos marginales que en una metrópoli tan grande no le es factible acceder. Algunos grupos sociales no tienen acceso a comunidades de socialización y donde el ser humano necesita por encima de todo desarrollar habilidades sociales básicas, así éstos lugares lo confundan y no le permitan tampoco acceder a condiciones de vida que el individuo no reconoce y aún peor, que ni siquiera logra adaptarse.
El Entorno del lugar se aleja de la realidad cristiana que todos conocemos, donde la unidad está compuesta por principios simbólicos y la representación de diferentes manifestaciones religiosas que distan mucho también de ser verdaderamente comunicativas.

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