lunes, 24 de noviembre de 2008

El sujeto que proyecta la Comunicacion

La socialización es el principio de realidad entre las sociedades por tal motivo es la que implementa el orden de muchas cosas, tanto del deseo del orden como de la leyes.

El hombre siente la necesidad buscar en diferentes etapas cronológicas, lo que permite una presencia social, económica y cultural que enmarca y atestigua los hechos que van quedando para la historia.

Se podría afirmar que el capitulo, sobre el sujeto esta centrada con la clases culturales y el poder que ejerce en la personalidad siendo está concepción un tema dominante en el tema de la comunicación Social y está marcado y definido por su desarrollo en épocas de transición, tiempo y búsqueda por el placer individual.

Para la primera posición, las formas y estructuras del sujeto son universales y son las que se reemplazan de manera colectiva en los genes de la sociedades; las mismas situaciones debido a su contenido económico del hombre a través de la expresión cultural en la época contemporánea, moderna y actual, donde el ego o el sentido autónomo, es la anhelación de lo natural, de lo individual o decir lo colectivo y comunitario y es por medio del arte, es decir en donde desencadena un sentido sensible en los espectadores donde se observa desde lo abstracto tanto en el político como en lo económico.

El doble apartamiento es la reconstrucción de la experiencia social donde el sujeto se siente instrumento de consumo, una hipótesis en que el individuo mismo pasa a ser el único autor de su propia historia.

Estas identidades, son la realidad de las apariencias, tanto del sujeto, como de los que pertenecen a un grupo social masivo.

De acuerdo a las diversas perspectivas que brindan la subjetivación a la multiplicidad de los estilos es la perdida de identidad a partir de su identidad o deseo de individuación en el que se resiste a perderla. Aquí se abre un proceso de orientación del hombre entre lo que quiere y lo que logra, ya sea por medio de la sexualidad y en busca de una felicidad transcendental.

Esta dualidad de felicidad representa por un lado, una doble lucha en la construcción del “Yo” individual, los diferentes poderes sociales, donde el sujeto se debilita conviertiendose en objeto de consumo.

Es aquí donde el sujeto esta constantemente sometido a una fuerzas centrifugas que son el mercado y la manera de el mismo sobrevivir en una sociedad donde le empleo y los diferentes recursos están sujetos a intervenciones políticas y burocráticas, desde entes privados y públicos.

El sujeto no es más que un individuo incapaz de encontrar un camino transcendental que lo conlleve a una identidad religiosa.

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